¿Se imaginan estar suspendidos en el aire por más de 10 minutos? Suspendidxs e inmovilizados, con las manos, brazos y pies atados. Sin poder moverte libremente ¿Te animás? Tuve la oportunidad y el placer de realizar una sesión de Shibari y suspensión con RedVelvet. Acá les cuento cuales fueron mis sensaciones…
Hace tiempo que venía hablando con Velvet para realizar la suspensión. También hacía mucho que tenía ganas que me aten con cuerdas. Hace un tiempo hice un taller, una especie de introducción al Shibari y desde ahí siempre me quedó el gustito. Sabía que si alguien me iba a atar tenía que ser Velvet, porque es amiga, hace tiempo que la conozco y se que viene estudiando esta practica/arte hace tiempo, y sobre todas las cosas porque le tenía/tengo confianza en que va hace las cosas bien.
Antes de seguir, les explico, el Shibari es una practica que según la definición de Wikipedia significa: «El Shibari (縛り, literalmente “atadura”) o Kinbaku (緊縛, literalmente “atadura tensa”) es un estilo japonés de bondage que implica atar siguiendo ciertos principios técnicos y estéticos, y empleando cuerdas generalmente de fibras naturales.” Y rescato la definición que me dio Drux , la profe del primer taller que hice: “Una forma “simple” de definirlo sería ‘bondage japonés’, ese término viene acompañado de todo un imaginario que se vincula con conceptos como lo erótico, sensual/sexual, contemplando muchas veces dinámicas D/S o dentro de sesiones de SM, y si bien esto puede estar o no más cerca de escenas tradicionales de la práctica. A la vez vemos ejemplos desde otros lugares mezclándose con lo artístico, lúdico, teatral, espiritual; como forma de expresar cariño o dialogo, y en algunos casos como dispositivo para intentar resolver trauma, empoderamiento, meditación. Infinitos modos de vincularnos con otrxs con la cuerda como vehículo.”
A mi lo que me encanta es que, dicho de una manera burda, no es atar por atar. No es hacer un nudito y listo. Primero hay todo una conciencia del cuerpo detrás de la práctica, es decir hay cuidados que se debe tener con el cuerpo, desde no dañar nervios, hasta apretar muy fuerte y cortar la circulación (por nombrar algunas cuestiones). Además para mí es arte, porque las cosas que se pueden lograr con las cuerdas, los patrones, formas y figuras son increibles.
Shibari en la mansión
Coordinamos para un viernes en la Mansión de Gogó, la cual tiene todo el equipamiento necesario para realizar esa suspensión de manera segura. Me acuerdo que desperté ese día ansios. Extasiado y super ansioso. Recién a las 19 tenía que estar en la mansión para comenzar la sesión. Quedaba todo el día laboral por delante. Un día que fue completamente atareado, recuerdo que terminé más tarde de lo planeado y con la cabeza a mil por hora. ¿Por que les cuento esto? Porque quiero que entiendan que yo iba a una suspensión de Shibari completamente pasado de rosca. Colapsado y ansioso.
Ya de por sí soy bastante ansioso y me cuesta quedarme quieto (y también siempre ando colapsado).
Soy de esas personas que no se puede quedar sentada en la misma posición más de 3 minutos, necesito moverme, pararme o cambiar de posición. Entonces sabiendo esto, medio que no sabía si me iba a bancar estar atado e inmovilizado por mucho tiempo. Pensaba que en el medio de la sesión iba a pedir que se corte todo porque ya estaba ansioso y quería moverme, lo cual era completamente válido, porque no es que si te están atando tenes que llegar al “final”, si en el medio te sentís incomodo podes parar y esta todo más que bien.
Era un día frio.Todo el día estuvo fresco, así que cuando se escondió el sol, la temperatura bajo muchisimo más. Además estaba como para llover.
Llegue super abrigado, con remera, pullover, campera, guantes y cuello, andar en moto es duro en invierno jeje. Velvet ya estaba ordenando las cuerdas en el salón que la Mansión tiene preparado para shibari. Me había dicho que vaya con ropa cómoda. Suelta y cómoda. Asi que me lleve en la mochila un short bien corto y remera negra.
Tenía un frío cuando me cambie…
Prendimos el aire en calefacción y un caloventor apuntando a la zona donde me iban a suspender.
Igual hacía frio.
Apenas me vio Velvet, como me conoce, me dijo que baje un poco las revoluciones. Que deje ahora deje de pensar en el trabajo o las cosas que tenía pendientes de hacer. Le hice caso, además apague el celular y lo guarde en la mochila para no verlo. Comenzamos a hablar mientras yo comencé a mover mis articulaciones y estirar los músculos.
Es importante entrar en calor.
Ya veníamos hablando los días previos con velvet y ese mismo viernes antes de empezar me preguntó si tenía algun dolor en alguna parte del cuerpo.
“Todo jaja la rodilla derecha, el codo izquierdo se me luxo en el pasado, los dedos, pero tranquila que esta todo bien.”
Tomó nota mental de lo que dije y me preguntó si me animaba a suspenderme de cabeza. O sea que quede con la cabeza para abajo, mirando al piso. Dado vuelta.
“Nop, no me gusta darme vuelta… Pero vamos a probar.” Obvio, ya sabía que no me gusta cuando la sangre te va a la cabeza, pero quería probarlo igual.
Asi que rápidamente comenzó a armar un arnés en mis caderas para colgarme. Posta que no se cuanto tiempo tardo, para mi lo hizo rapidísimo, y cuando menos me di cuenta… pum. Estaba en el aire como en una hamaca. Me dice que me tire para atrás y termino cabeza abajo. Como ya sospechaba, no me gustó. En realidad “no me gustó” no son las palabras, sino que me daba impresión. No me gustan las cosas que te hacen quedar cabeza abajo.
Volví a pararme y Velvet me desato en segundos. Eso es lo bueno del shibari, que las cuerdas pueden sacarse rapidamente, los nudos pueden desahacerse en cuestión de segundos. Yo lo sabía, pero experimentarlo es otra cosa, en el sentido que cuando me saco el arnes, lo hizo tan rápido que me ayudó a bajar ese «miedo» que tenía de si no me bancaba estar atado. Porque sabía (y ahora lo comprobaba empiricamente) que si quería ser desatado, lo iba a hacer rapidisimo.
Todavía no había comenzado la sesión per se, eso fue solo la prueba.
Volvió a ordenar la cuerdas que había utilizado recién y me preguntó si ya estaba listo para empezar. A lo cual moviendo el cuello y la espalda le dije que si.
“Anda al baño ahora si queres”.
No se si tenía muchas ganas pero por las dudas fui, sabía que sino me iba a agarrar después cuando estaba colgado. Ya había tenido la precaución de no tomar mucha agua antes para que no me agarren ganas de mear.
Ya estaba todo listo, ahora solo quedaba arrancar, para eso realizamos una pequeña meditación guiada por Velvet para bajar la ansiedad, las pulsaciones y relajarnos. Como les dije más arriba, piensen que tenía que estar inmóvil por un largo tiempo, asi que tenía que estar relajado.
El comienzo
Empezamos en el piso. Me vendó los ojos y me puso las manos por la espalda.
“Te molesta esto?”
“Nop”
Y comenzó a atarme y pasar las sogas por mi cuerpo. De fondo sonaba música. La había elegido yo. Trip hop, pues me relaja (esta nota la estoy escribiendo con trip hop de fondo).
Realmente no podría describirles los pasos que fue haciendo velvet. No podría decirles que fue lo siguiente que me ató luego de los brazos. Porque les juro que no me acuerdo. Con los ojos vendados, las manos y brazos inmóviles, sumado a que realmente por suerte (y extrañamente) me relaje rápido, deje que Velvet guiara mi cuerpo hacia las posiciones que necesitaba para atarme. Perdí la completa noción de lo que pasaba.
Si recuerdo que cuando me acostó lo hizo de una forma que, después me contó, le enseño una enfermera para acostar a una persona en peso muerto sin hacer daño. Yo no quería hacer ninguna fuerza para “ayudar” porque no sabía que es lo que tenía que hacer. Es decir tal vez si hacía fuerza para acostarme le complicaba a ella y hasta podía hacerme daño.
Por eso estaba bueno realizar este tipo de practica con gente que sabe y que le tenes confianza, porque yo estaba completamente relajado porque confiaba (confió) en Velvet. Básicamente entregue mi cuerpo para que ella me cuide y ate.
Por eso yo dejé todo el cuerpo completamente relajado para que ella me moviera como quisiera.
Antes de darme cuenta, tenía la pierna atada y comenzaba a subir. Terminando en una media suspensión. Es decir parte de mi cuerpo en el piso y otra parte elevada.
¿Cuanto tiempo tardo? No lo se. Realmente no lo se. Cuando me desató me ayudo a estirar, porque yo sentía que tenía que estirar el cuerpo y caminar. Pero la verdad no estuve ni incomodo ni dolorido. Y ni sentí si hacía frio o calor.
No entendía como había terminado mi cuerpo, no podía percibir en que posición quedo mi cuerpo, por eso le pedí a mi amigo Elvio, quien fue a hacer el registro visual de la sesión, que me muestre.
Flash. Wow. No podía creer que yo me había bancado eso.
Quería más.
Velvet se puso a ordenar nuevamente las cuerdas. Mientras me preguntaba como me había sentido, si me dolía algo o molestaba algo. La verdad yo estaba perfecto. Si comenzaba a tener un poco de hambre.
Ahi me explicó que hizo una semi suspensión que ahora si yo quería hacíamos la suspensión completa. Obvio ni lo dude, ya estaba listo para ser atado nuevamente.
Otra vez a viajar
Esta vez arrancamos parados. Me ato las manos como en posición de rezo y nuevamente con los ojos vendados me deje llevar. Me encantaría poder decirles nuevamente como fueron todos los movimientos de la cuerda, que parte ato después y todo eso. Pero realmente no me acuerdo. No se. Perdí completamente la noción del timepo y espacio.
En un momento sentí los tirones para arriba y me dejé caer. Subiendo cada vez más arriba en el aire. Mis pies ya no sentían el suelo. Si mi cuerpo medio se tensó incoscientemente pero rápido me fui desarmando volvienvo nuevamente a estar hecho una seda.
No se si estoy a 10 centímetro, un metro o 2 metros sobre el piso. Solo se que estoy suspendido.
Velvet comienza a atarme las piernas.
Una con el talón tocándome el cachete del culo, como cuando estirar cuadriceps. Y la otra tambien flexionada pero no para atrás. En ese momento ya estaba completamente suspendido. Ya había usado todas las cuerdas en mi y estaba flotando en el aire.
Les vuelvo a repetir, perdi completamente la noción del tiempo y espacio. No sentía frio ni calor. Estaba flotando. Relajado. Tranquilo. Volando.
Yo sentía que por momentos me hacían girar, y lo sentía porque escuchaba la música en el oido izquierdo y de repente estaba en el derecho. Pero a su vez, ese pasaje de un odio a otro de la música era más rápido de lo que yo percibía que mi cuerpo se movía. Entonces no se que mierda era.
A todo esto yo tenía mi cuerpo relajado, completamente atado y como perpendicular al suelo con mi cabeza para abajo. No estaba completamente cabeza abajo, sino que yo relaje mi cuello y deje que la gravedad haga lo suyo. En ningún momento sentí incomodidad.
Cuando Velvet comenzó a desatarme y ya se acercaba al final, ahí como que empecé a sentir un cosquilleo en los dedos de la mano. Pero fue al final, cuando ya estaba terminando de desatarme. Y estoy seguro que fue porque en mi mente sabía que ya se terminaba. Como esa sensación cuando te estas meando y estas llegando a tu casa y sentís que esas ganas de mear se acrecientan y que no vas a llegar. Bueno así pero con las manos.
No quise preguntar cuanto tiempo estuve, porque no quería poner en números cuanto tiempo estuve, quise quedarme con esa sensación de no saber que mierda fue lo que pasó. Lo único que sabía era que tenía hambre, terminé la sesión con muchísima hambre. Velvet me ayudó a estirar nuevamente el cuerpo, y con cuidado fue ayudando a estirar mi brazo o rodilla lentamente para no hacerme daño después de haber estado mucho tiempo en la misma posicón.
Además de hambre, termine relajado. Fue algo re contra terapeútico y de descarga si se quiere, porque venía de una semana super colapsado y atareada. Un día muy cargado y llegaba no tan relajado (por no decir ultra estresado) a la sesión. Es una experiencia que recomiendo vivir.en primera persona. Lo interesante es que el bondage o shibari puede tener finalidad sexual, puede ser que ates a tu pareja en determinada posición que te permita jugar con sus genitales, o hasta hay personas que con solo estar inmoivlizados obtienen placer. Recuerden que el placer y la obtención del mismo no es solo genital sino que cada unx de nosotros puede obtenerla de diferentes manera. Pero a su vez, estar inmovilizado a mi me dio una extremada sensación de libertad. Sensación de que el tiempo se detuvo y solo había que relajarse.
Mientras escribo esta crónica ya estoy pensando en cuando va a ser mi proxima sesión de suspensión.
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