La nota de necrofilia me dejó la cabecita rara. Rara,rara. Ya les conté que también me dejó con el estomago cerrado.
Me dejó maquinando como conseguir charlar con alguien que haya practicado la necrofilia (cosa que veo difícil pero la voy a conseguir), y también me quede pensando en las productoras porno que realizan ese tipo de contenido. Ahora que lo escribo me doy cuanta que me dejó pensando muchas cosas.
A ver, yo soy alguien que por lo general sueña con cosas que le pasan o vio durante el día. Tipo si a la tarde vi una película de zombies, seguramente a la noche sueñe con algo de zombies.
Casi siempre me pasa.
Y bueno, creo que ya se dan una idea de por donde va la nota.
Si, soñé que me cogía a una muerta.
Después de publicar la nota, antes de irme a dormir me mire varios capítulos de The Office. Sabía que si no despejaba la cabeza, la muy jodida se iba a ir para la muerte. Bueno Steve Carrell no me ayudaste un carajo, porque me cogí una muerta en una camilla de metal fría.
Encima YO! Onda, nunca vi un muerto en persona. Nunca fui a un cementerio. Nunca fui a un velorio. Nunca. Soy la persona más cagona e impresionable del mundo.
Pero ahí estaba yo. Parado en la habitación llena de azulejos verde agua y luz blanca.
Fría.
La habitación era helada.
En el centro la camilla de metal.
Arriba una chica de unos 30 años, con pelo lacio color rubio. Los ojos cerrados.
Para mi estaba dormida. O sea, no tengo idea como se ve una muerta, pero para mi estaba durmiendo.
Vestida solamente con una de esas batas que te ponen en el hospital cuando te operan, mirando al techo. Va “miraba”, estaba boca arriba.
Siento que estoy apretando fuerte algo suave con la mano. Miro y tenía un vestido de flores color amarillo.
¡Claro!
Yo estaba ahí porque tenía que cambiarla. Tenía que prepararla. No sabía para qué, pero en mi cabeza mi tarea era prepárala.
La miro de vuelta.
Veo también una mesa llena de maquillajes.
Si, tenía que prepararla. Lookearla.
Me acerco despacio intentado que no se despierte.
Cuando estaba parado a su lado, a la altura de sus caderas. Recorrí su cuerpo con la mirada.
Desde la punta de los pies, con las uñas pintadas de negro, fui subiendo la mirada. Pasé por las rodillas, los muslos, la cadera, el estomago, los pechos que levantaban la bata, el cuello, los labios. Cuando estaba llegando a los ojos… Tenía miedo que estuvieran abiertos mirándome. Creo que en el fondo sabía que iba a pasar.
Por suerte estaban cerrados.
Cuando le saque la bata pensé que…
Pensé.
Pensé que iba a tener ropa interior.
Nada.
No tenía nada.
De repente estaba completamente desnuda frente a mi.
Con las dos tetas, pequeñas, hermosas, firmes frente a mi.
Rápido aparté la vista.
Miré al piso con culpa.
En mi cabeza se me cruzaban mil cosas. Y se me cruzo mirar.
Ya saben que.
Quería mirar, y la idea que fue ganando espacio fuertemente.
Lleve los ojos a la concha.
Hermosa.
Tenía como una línea de bello púbico en medio como marcando un camino.
Yo sin darme cuenta estaba apretando mi cadera fuerte contra la camilla de metal.
No se en que momento pasó. Pero pasó.
Me saqué los guantes. Sí, no se en que momento me los puse pero de de repente en mis manos había guantes de latex.
Los tire a la mierda.
Despacio, moviéndome casi en slow, puse una mano sobre su estomago.
Frío.
Helado.
Pero suave.
En ese momento ya tenía mi otra mano adentro del pantalón.
Subo con la mano al pecho. Los pezones estaban erecto.
Miraba el cuerpo y era liso, completamente liso como de si fuera porcelana.
Estaba muy caliente.
Yo, no ella.
Ya no tenía los pantalones ni el boxer puesto. Estaba en pelotas, con una mano tocándole la concha.
Cerré los ojos.
Los abro y estoy sobre mis rodillas arriba de la camilla, que de repente se convirtió del tamaño de una cama de 2 plazas.
Miro para abajo y estaba apunto de entrar en su concha, que estaba mojada. Posta. Podía ver que estaba lubricada.
Ya estaba jugadisimo. Quería coger…
7.31
Sonó la alarma.
Estaba en mi cama tapado por el frio del aire acondicionado. El corazón me latía a mil. Tenía una mano tocándome. Toda la punta mojada.
No entendía nada.
Me levante, me bañe y tuve palpitaciones hasta que termine de desayunar.
A las 2 horas estaba sentado en la oficina de mierda de mi laburo, pensando si esa noche iba a volver a soñar.
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