Fanática Viciosa: el ritual al que siempre vuelvo

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Si hay Fanática, yo voy a estar.

Es como un mantra. Si hay Fanática Viciosa, Nicolasito va a estar presente. El viernes pasado no fue la excepción.

Como el público se renueva, voy a decir lo que digo siempre: «Si alguna vez hablaste conmigo, seguro te invité a la Fanática.»

Y volvemos a la pregunta: ¿Qué es la Fanática Viciosa?

PH: Elvio Alcaraz

Es un evento, una fiesta, una experiencia. Es arte. Es performance. Es horror. Es locura. Es lujuria. Es fiesta. Y es un ritual.

Supuestamente, para el viernes pasado estaba anunciada lluvia, lo cual hubiera sido una verdadera lástima para disfrutar de la Fanática, porque habría limitado bastante la experiencia. ¿Por qué? Se preguntarán.

Si nunca fuiste, te cuento que es una «fiesta» que está atravesada por cuatro pilares fundamentales: horror, locura, lujuria y ritual. Hay distintas performances y espacios que abarcan cada uno de estos elementos esenciales.

Por lo general, hay una performance que abre la noche, que sucede al comienzo, entre toda la gente. Es un momento donde la música cambia, donde ocurre algo que te hace pensar: «Ok, ahora sí arranca.»

En esta ocasión, al igual que en la versión de 2023 que fue en el mismo lugar, Casa Mona, esta performance se desarrolló en el patio/terraza del espacio, con lo cual, si llovía, habría sido imposible disfrutarla plenamente.

Pero en realidad, la experiencia no empieza ahí.

PH: Elvio Alcaraz

Casa Mona es una de esas casas antiguas, ubicada en la esquina de Sarmiento y Mendoza, en un primer piso al que se accede subiendo una escalera imponente.

Y esa escalera, obviamente, no estaba dejada al azar: la experiencia de la Fanática comienza desde que llegás. Por eso, en la escalera ya te recibían tres personas que marcaban el inicio del viaje.

Luego de la performance inaugural, al rato se abren —o mejor dicho, se habilitan— las «habitaciones». Son espacios de la casa donde ocurren distintas performances. Entonces debés hacer fila, entrar, y descubrir con qué te encontrás.

Todas las ediciones son diferentes. Siempre ocurre algo inesperado.

Todos los años me maravillan, pero este fue especial, porque las tres performances principales fueron realizadas por @almadecamaleon.x, @elfodomesticx y @limalimon.x, quienes constituyen la columna vertebral de la Fanática. No pretendo herir susceptibilidades, pero cuando conocí la fiesta y fui a cubrirla por primera vez, siempre interactué con ellxs. Son a quienes siento más cercanos.

Son tres mentes creativas tan poderosas que, una vez, escuchándolos hablar durante la preproducción de la Fanática, quedé sin palabras. Literal no pude decir nada, quede obnubilado por la velocidad en que se le ocurrian cosas. Era fascinante el nivel de creatividad e ideas que manejaban. Por supuesto, sé que hay más personas detrás de la Fanática, todas ellas fundamentales para crear esta experiencia única.

PH: Elvio Alcaraz

Como siempre, estuvo presente el espacio de Litoral Kinky, donde no solo hubo performances, sino que también fue un lugar de interacción y aprendizaje, donde se podía preguntar sobre distintas prácticas BDSM. Un espacio donde estaba prohibido tomar fotografías. Y esto también lo digo porque al igual que en la edición anterior, muy poca gente utilizaba el celular durante toda la fiesta.

Es como si el universo de la Fanática fuera un lugar para desconectar y socializar, liberar la mente. El celular queda guardado. En la mano, solo se ven tragos o cervezas.

De hecho, una persona que asistía por primera vez me preguntó: «¿Qué pasa con los celulares, no se pueden usar?»

Le sorprendió que casi nadie lo tuviera en la mano o tomara fotos.

La Fanática Viciosa es ese oasis artístico que Rosario siempre necesita y merece. Un espacio donde lo convencional se desvanece y emerge la libertad creativa en su forma más pura.

PD: Creo que es una fiesta que, por lo menos una vez en la vida, todo el mundo tiene que vivir.
Imagínense que hasta invité al Uber a la fiesta.