«One of the Scariest Videos Out There»: La Viralidad del Horror

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El otro día escuché una canción e inmediatamente se me vino a la cabeza un video viral del 2008, de esa época adolescente donde lo viral era distinto. Un video que me perturbó y quedó grabado en mi cabeza.

Hoy en día estamos acostumbrados a la viralidad de las cosas: TikToks, Reels, memes o contenidos que se esparcen por toda la web. Millones los ven, cientos de miles intentan imitarlos, y por un momento están en boca de todos, pero desaparecen tan rápido como llegaron.

Pienso. Reflexiono. Tal vez sean pensamientos un poco fumones, pero creo que hoy en día la viralidad es más efímera.

En mi época (incluyan aquí la escena del abuelo de Los Simpson sentado en el tronco), la cosa era distinta. Cuando algo se hacía viral, había que buscarlo. ¿Cómo?, se estarán preguntando los más jóvenes. Si antes escuchabas sobre un video o una foto había que ir a la vieja internet para encontrarlo. O te llegaba por mail.

Sí, mail.

Buscar, encontrar, mirar y compartir.
Casi como una leyenda urbana, muchos de esos virales se compartían a través de boca en boca.

A todo esto, me estoy refiriendo a los videos de shock horror virales.
Hay un panteón de virales perturbadores de mi época: videos asquerosos y shockeantes que toda una generación escuchó nombrar y, en algunos casos, se animó a ver: 2 Girls 1 Cup, 1 Guy 1 Jar, 1 Ice Pick and a Guy y el Spankwire video.

Estos videos no estaban en redes sociales (creo que ni existían). Circulaban por internet, y cuando escuchabas hablar de ellos, el morbo te empujaba a buscarlos. Y no solo los veías: los compartías, asegurándote de que tus amigos también los vieran.

Lo que me llama la atención es que esos videos se quedan grabados en la memoria. Esa es una gran diferencia con la nueva viralidad: esos videos persisten y todavía los recordamos.

Por eso, cuando el otro día escuché una versión punk rock de “Survivor” de Destiny’s Child, un video se me vino a la cabeza. Toda esta introducción es para hablar de “One of the Scariest Videos Out There”, mejor conocido como el Spankwire video, y analizar por qué consumíamos ese tipo de contenido y por qué queríamos compartirlo con nuestros amigxs.

El Spankwire Video

Es un contenido corto pero potente. Dura alrededor de dos minutos y medio, y fue subido, justamente, al sitio pornográfico Spankwire, más o menos en 2007-2008. Como mencioné antes, este video viral se compartía de formas diferentes: se enviaba por email, Bluetooth, infrarrojo… Generalmente, con el objetivo de asustar o incomodar al receptor.

¿Pero qué es? ¿De qué trata este video?
En el texto “His Soul Shatters at About 0:23: Spankwire, Self-Scaring and Hyberbolic Shock”, Julia Kennedy y Clarissa Smith lo describen como un “freak show”. En Spankwire estaba etiquetado como “extreme”, “scary” y “bizarre”, sin ningún propósito de generar placer sexual en sus espectadores.

Lo curioso es cómo se viralizó: A través de video reacciones en YouTube. Por razones obvias, el video original no podía subirse a esa plataforma, pero las reacciones de las personas al verlo sí. Si buscan “Spankwire reaction” en YouTube, todavía pueden encontrar algunos.

Podemos aplicar al video la definición de Eisenstein sobre las “attractions” en el cine: “un elemento agresivo que ‘somete’ al espectador a un impacto sensual o psicológico” (Gunning, 2006). Además, podemos decir que este video encaja en la categoría de freak show, donde no solo se presenta lo “anormal”, sino que se construye para ultrajar la normalidad. Según Bogdan (1988), el frikismo es “una forma de pensar y de presentar” que exagera elementos exóticos y eróticos de los cuerpos a través de prácticas que los convierten en “freaks engrandecidos” o “freaks exotizados” (Richardson, 2010).

Pero.. ¿Qué hay en el video?

El Spankwire video toma su estilo de los montajes de deportes extremos populares en los años 80 y 90: ediciones rápidas, segmentos desconectados, sin narrativa ni voz en off, y una banda sonora rockera.

En este caso, la canción es una versión punk de “Survivor” de Destiny’s Child, interpretada por la banda Knockout. Si buscan el tema en YouTube, entenderán por qué es una elección acertada.

Les recomiendo leer los comentarios del video

El video presenta 40 escenas, cada una de 5 a 10 segundos, con imágenes de modificaciones genitales, juego con fuego, suspensiones y agujas. La mayoría se centra en genitales masculinos con acciones como cortes, ataduras, aplastamientos o inserción de objetos.

Las autoras describen una de las escenas: “Una sección de Spankwire presenta una avispa arrastrándose sobre un pene bifurcado, evocando placeres excesivos, sensaciones e intereses que no se basan en el atractivo o el funcionamiento ‘adecuado’, sino en actos que buscan una ecología de placeres muy diferente”.

Estas prácticas, consideradas extremas para la mayoría, son emocionantes para quienes las ven como un rechazo a los estándares corporales normativos. De hecho, algo que me entere mientras investigaba para esta nota, es que el video fue pensado para ser subido originalmente a BME.com, una comunidad de body modifiers donde el dolor tiene un papel crucial para alcanzar estados trascendentales (Hand y Wilson, 2006).

Las Reacciones: Horror Compartido

Los autores Hand and Wilson, hablaron sobre el placer del horror, tomando el caso de Grand Guignol, una forma de teatro en donde el horror era lo principal, “en donde la carne, los asientos, la oscuridad y la ilusión eran parte”. En donde la audiencia querían ser horrorizadas, querían gritar o desmayarse, no eran víctimas elegirán ser entretenidas, elegían estar ahi. De forma similar, los videos de reacción en YouTube muestran a individuos o grupos de personas que, conscientes de lo que van a ver, están listos para experimentar y exhibir emociones como miedo, incomodidad, asco o incluso catarsis.

Si lo trasladamos al contexto contemporáneo, los teatros oscuros y las butacas del Grand Guignol son reemplazados por habitaciones de adolescentes, livings o comedores, mientras las pantallas de las computadoras toman el lugar del escenario. Además, no observamos el contenido original, sino a la audiencia reaccionando, creando una experiencia duplicada: la obra dentro de la obra. Esta doble capa refuerza la sensación de comunidad frente al horror y convierte a los espectadores en protagonistas de una nueva forma de espectáculo.

Las reacciones al video suelen incluir gestos típicos frente a contenido perturbador: taparse los ojos o la cara, gritar, simular arcadas, desviar la mirada, protegerse la entrepierna y mostrar muecas de asco o confusión. La mayoría se pregunta incrédula: “¿Cómo pueden hacerle eso a su cuerpo?”. Estas respuestas encapsulan una mezcla de shock, horror, asco y, en ocasiones, humor negro.

Lo curioso es que quienes ven el video saben exactamente a lo que se enfrentan. Quieren asumir el desafío de “ver el video de Spankwire”, como si se tratara de un reto autoimpuesto. En los comentarios de los videos de reacción, encontramos una variedad de posturas: algunos insisten en que lo que ven no puede ser real; otros se burlan de quienes creen lo contrario. También hay quienes cuestionan la cordura de las personas que aparecen en el video. Sin embargo, lo más interesante son aquellos amigos que, después de verlo, asumen el rol de guías para llevar a otros a experimentarlo, casi como líderes espirituales del horror. Por otro lado, están quienes buscan ir más allá, adentrándose cada vez más en lo perturbador, explorando otros videos igualmente extremos.

Hoy en día, resulta difícil encontrar el video original, pero su legado persiste en la memoria colectiva y en los ecos de quienes lo compartieron y reaccionaron a él ¿Ustedes lo vieron?

Fuentes:

  • Bogdan, P. (1988). Freak Show: Presenting Human Oddities for Amusement and Profit. University of Chicago Press.
  • Gunning, T. (2006). «The Cinema of Attractions». En The Cinema of Attractions Reloaded. Amsterdam University Press.
  • Hand, R. J. & Wilson, M. (2006). Grand-Guignol: The French Theatre of Horror. University of Exeter.
  • Kennedy, J. & Smith, C. (n.d.). His Soul Shatters at About 0:23: Spankwire, Self-Scaring and Hyperbolic Shock.
  • Richardson, N. (2010). Transgressive Bodies: Representations in Film and Popular Culture. Ashgate Publishing.
  • Tait, S. (2009). «Pornographies of Violence? Internet Spectatorship on Body Horror». Critical Studies in Media Communications, 25(1), 91–111.