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(Este es un trabajo realizado y publicado en Noviembre de 2015)

Sumario:

  • Enunciado del tema: La cultura es algo que está muy presente en la agenda política de Rosario. Se muestra a la ciudad como un estandarte en la materia, pero sin embargo tiene ciertas contradicciones a la hora de la práctica. Quienes trabajan con y en cultura de manera independiente, por fuera de las áreas del Estado, son los más afectados y los que están conscientes de la falta de apoyo y la mala administración. Desde hace más de veinte años, la ciudad se encuentra gobernada por el partido socialista. En este último año, la clausura de bares culturales, pertenecientes a pequeños emprendedores, fue un hecho que genero algunos encontronazos entre los sectores privados y públicos.
  • Delimitación de la investigación: se intentará demostrar cómo se encuentra la cultura actualmente en Rosario, enfocándose con más peso en la música. También como ejerce la Municipalidad su política cultural, intentando acaparar toda la producción local. Esto podría demostrar la falta de identidad propia en la ciudad, y la consecuencia que esto trae. 
  • Hipótesis: La Municipalidad de Rosario intenta crear un único concepto de cultura musical, limitando los espacios de expresión. 
  • Fuentes: Laura Ana Cardini (Dr. en Humanidades y Artes, Lic. En Antropología, investigadora del CONICET); Andrés Abramowski (Presidente del Qubil, Periodista de La Capital, Músico); Diego Giordano (Editorial Municipal de Rosario, Periodista); Eloy Quintana (Dueño del  bar El Diablito, Músico); Gabriel Cejas (Miembro fundador de Colectivo El Avispero); Marcelo “El Zorzi” Zorzolo (Productor, Músico). 
  • Cronograma de los hechos: El 2014 fue un año quiebre en la noche rosarina, sobre todo en lo relacionado a los bares culturales, una figura que la ley de la ciudad no contempla. Específicamente, hubo un mes en donde se clausuraron bares chicos del centro rosarino, y a la vez se anunció un proyecto de concesión de algunos galpones del río, en donde se contemplaba la construcción de un bar cultural. Todo este problema tuvo como consecuencia la unión de músicos para poder afrontar el problema. Esto me llevo a hablar con Eloy Quintana, afectado por la clausura, y Gabriel Cejas, fundador del grupo El Avispero. En el 2015 se cumplieron 50 años del rock de rosario, los cuales fueron festejados con una serie de conciertos en la Plataforma Lavardén, con gran convocatoria. El evento fue organizado por Marcelo “El Zorzi” Zorzolo, es decir un privado, peor contó con apoyo del Estado. Esto me llevo a preguntarme que cuales son las propuestas municipales para con la cultura rosarina. Entrevistando con gente de la Editorial Municipal de Rosario y el Centro de Expresiones Contemporáneas, advertí que surgen varias contradicciones en los objetivos de las iniciativas municipales. 

Introducción – Rosario «Ciudad Cultural»

La cultural, y todo lo que representa, es una parte muy importante de cualquier estado del mundo, y Rosario no es la excepción. Tan importante es para la ciudad, que se autodenomina como una “ciudad cultural”. Históricamente en relación a la música, la etiqueta encaja perfectamente, ya que el rock en español nació en la ciudad. En 2015, se cumplieron 50 años de lo que se considera el inicio del género, que es Litto Nebbia con su grupo Los Gatos Salvajes, y la canción “La Balsa”. A raíz de esto, hubo festejos con diferentes conciertos en la Plataforma Lavardén en donde se repasaron todos esos años del rock de Rosario.

La convocatoria fue excelente, y quienes no están cercanos a la música local se sorprendieron por el gran nivel que tiene la historia de la ciudad. Esto se puede pensar como algo reamente bueno, pero a la vez preocupante, a raíz del desconocimiento del pasado cultural.

La cultural, y todo lo que representa, es una parte muy importante de cualquier estado del mundo, y Rosario no es la excepción. Tan importante es para la ciudad, que se autodenomina como una “ciudad cultural”. Históricamente en relación a la música, la etiqueta encaja perfectamente, ya que el rock en español nació en la ciudad. En 2015, se cumplieron 50 años de lo que se considera el inicio del género, que es Litto Nebbia con su grupo Los Gatos Salvajes, y la canción “La Balsa”. A raíz de esto, hubo festejos con diferentes conciertos en la Plataforma Lavardén en donde se repasaron todos esos años del rock de Rosario.

La Municipalidad de Rosario apoya de diferentes formas a la cultura local, ya sea con concursos, la Editorial Municipal, o espacios para tocar. En el sector privado, también hay escenarios para que las bandas puedan ejercer su trabajo, y últimamente, los “bares culturales” están en bocas de todos.  A mediados del 2014, fueron protagonistas por diferentes clausuras que sufrieron.

El apoyo a la cultura local es algo importante, y lamentablemente los artistas sufren por momentos de la falta de ella. Vivir de la música per se es casi una utopía en la ciudad, y muchos optan por irse de la ciudad con rumbo a Buenos Aires. Sin embargo, si triunfan en la Capital, luego serán más reconocidos por el público rosarino. Esto es lamentable, porque la cantidad y calidad de artistas que viven en la cuna de la bandera, se sienten abandonados.

Todos estos problemas son producto de muchos años, 25 de los cuales fueron bajo la gestión socialista. El Estado nombra a Rosario como una “Ciudad Cultural”, con todo lo que ello implica, pero por momentos parecería que intenta hacer que toda la producción cultural pase por sus manos. La política cultural que adopta el Estado se encuentra relacionada a determinados reglamentos y estatutos internacionales, como por ejemplo la “Agenda 21 de Cultura”. Pero antes es necesario comprender que abarca la “política cultural”.

Politización de la cultura

Siguiendo al escritor y antropólogo Néstor García Canclini, podemos definir a las políticas culturales como el “conjunto de intervenciones realizadas por el Estado, las instituciones civiles y los grupos comunitarios organizados a fin de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las necesidades culturales y obtener para un tipo de orden y transformación social”. El hecho que el socialismo este desde 1989 gobernando en la ciudad, ha facilitado que los proyectos culturales planteados se asienten. La Subsecretaria de Cultura, Mónica Peralta definió el concepto de cultura: “Tiene que ver con cubrir todo tipo de expresión de cualquier ser humano que intente decir algo, es en parte la herramienta más importante para poder culturalmente modificar pautas de vida en los ciudadanos”.

Haciendo un breve repaso histórico, en 1993 la Subsecretaría de Cultura Municipal dependiente de la Secretaria de Gobierno y Cultura, pasó al rango de Secretaría de Cultura, Educación y Turismo. A partir de ese momento comenzó a contar con presupuesto propio. Es un dato no menor, ya que era un momento difícil en cuanto a la situación socioeconómica, pero sin embargo este ámbito asume una nueva jerarquía dentro del esquema institucional1. En el 2000, cambia su nominación a Secretaría de Cultura y Educación, y se encuentra ubicada en la estación de trenes Rosario Centro. 

En 1996, comenzó el proceso de descentralización político-administrativa de la ciudad en seis distritos, el cual se consolido a principios de los 2000, momento en donde se creó la Dirección de Descentralización Cultural. Este proceso tenia como objetivo propuestas culturales y educativas, además de la organización de eventos a escala de toda la ciudad como festivales y ferias2. Lamentablemente, al crisis del 2001, generó un repliegue volviéndose a enfocar con mayor poder en el centro de la ciudad, alejándose de los barrios.

Volviendo a la teoría, son tres ejes los que orientan a las políticas culturales: social, político y económico. Entre los objetivos sociales se puede destacar la inclusión, la reducción de las desigualdades y la mejor distribución de los servicios culturales. En el segundo eje, se puede mencionar el fortalecimiento de los valores democráticos y el reducir los niveles de conflictividad social. Y con respecto a lo económico, se trabaja en la generación de emprendimiento de base cultural, en la capacitación para la inserción en el mercado laboral y en el desarrollo de una oferta turístico cultural3. El Estado a través de la ley, este se convierte en promotor y garante de la industria cultural para que desarrolle su actividad o tenga impacto en el territorio local. También debe preservar, enriquecer y difundir el patrimonio histórico y cultural, lo cual lo logra apoyando las manifestaciones culturales que afirmen la identidad local. La Subsecretaria de Cultura, expresó: “Desde las áreas culturales tenemos que completar la etapa de acompañamiento al proceso del artista, necesitaríamos contemplar la creación de una agencia que pueda promover, comercializar, vender, acompañar”.

La cultura puede cumplir una función utilitarista, la antropóloga e investigadora del Conicet, Laura Ana Cardini, dijo que en momentos le sirvió a la política para afianzar un proyecto, programa o gestión. “Muchas veces uno escucha que se usa como una herramienta para mantenerse en el poder; embellecer, plantear una ciudad linda, bella armónica, pero también una ciudad para el consumo, el turismo y vender una propuesta”, continuó la doctora. Por momentos se abusa del título ciudad cultural, y muestran a Rosario como una “máxima” en la materia, pero el objetivo es más mercantil

Para una ciudad o país, la cultura es una expresión de lo local, y Rosario es un caso extraño. Uno de los ejemplo es que la fiesta más importante de la ciudad es la Feria de las Colectividades, la cual es un colectivo de diferentes culturas. Enfocándose en la música, la cuna de la bandera tiene una gran historia que se remonta a 50 años atrás. La ciudad es pionera en el en rock español a nivel latinoamericano, pero vivir de la música es imposible. La Municipalidad en los últimos años se está acercando mucho más al género, e intenta fomentarlo, ya que tiene entre sus ofertas a la Escuela de Rock. “Yo creo que tenemos que estimular eso”, dijo Peralta. Sin embargo, cuando se termina la carrera, ejercer es algo difícil, principalmente por la falta de industria. Quienes lo logran, no lo hacen como músicos profesionales, sino que ejercen otras aristas. 

La música y la Secretaria de Cultura

El Estado tiene diferentes instituciones y formas de apoyo, entre las más importantes están la Editorial Municipal de Rosario (EMR), el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC) y el Galpón de la Música. 

La primera fue creada en 1992, y tiene como objetivo principal la promoción, difusión y circulación de la producción local, para formar un catálogo de artistas locales. “Creo que hay una gran diversidad, en eso la Secretaría hacu un buen trabajo y todo es respetable y valioso a la hora de ver que está incluyendo lo que alguien expresa para trasmitir alto”, declaró la subsecretaria Peralta.

La EMR tiene como áreas la literatura, fotografía y música; y con respecto a esta, Diego Giordano, integrante de la editorial, contó que se debe presentar a un concurso con el disco grabado, mezclado y masterizado. “Un jurado elige de todos, los que representan los dos mejores, y a esos les pagamos la imprenta, el diseño si no tienen, la fabricación de los disco, y la presentación oficial”, agregó. La partida que se hace es de mil discos, una mitad pertenece a los músicos, y la otra es distribuida por todo el país, y en la prensa y medios. 

Entre los lanzamientos que hubo, tuvieron gran repercusión el disco “Mañana: Homenaje a los Gatos”, presentado en el 2014 en el CEC, donde  el propio Litto Nebbia vino desde Buenos Aires para tocar el clásico “La Balsa”. En el 2015, la cantante rosarina Evelina Sanzo con su álbum “Curandera”, estuvo nominada a los premios Gardel. Por lo tanto, el trabajo realizado por la Municipalidad a través de este sello tiene sus frutos y repercusión. Durante el primer llamado del año 2014, se seleccionaron 23 proyectos, a los cuales se les otorgo un incentivo de $118.900.

En cuanto al CEC, ubicado a orillas del rio Paraná, tuvo un crecimiento muy importante, y se ha convertido en el lugar por excelencia de diferentes expresiones artísticas. Jorge4., trabajador del CEC contó sobre la programación de la agenda y cómo se puede acceder al espacio: “Lo que hacemos es estudiar la propuesta, se tiene prioridad con la presentación de discos, y con bandas que tengan un disco que sea haya editado por la EMR o programa Ceroveinticinco (propuesta provincial), algo relacionado con la Muni”. Desde el CEC otorgan el lugar, el sonido y las luces, algo que cuesta mucho dinero si se quiere hacer de manera independiente. A menos de cien metros de distancia, se encuentra el Galpón de la Música y Espacio 75. Este último es una iniciativa en conjunto con la empresa de seguros San Cristóbal, quien aporto dinero para el acondicionamiento del lugar, al igual que lo hizo en Córdoba y Buenos Aires. 

Sin embargo, surgen ciertas contradicciones. Uno de los objetivos que tiene la EMR es la descentralización de la cultura, y la posibilidad de edición de artistas locales, quienes cuentan su historia a través de sus obras. De esta manera se crea un catálogo cultural que sería un reflejo de la ciudad. Pero las oficinas de la EMR y donde se recepciona el material para los concursos, están en la Estación de Ferrocarriles del Distrito Centro. A su vez, el stand de ventas y ventana promocional de su catálogo, también está en el Distrito Centro. Por lo tanto la descentralización que se busca con la actividad editorial, se contradice con la centralización del equipamiento y la infraestructura para llevarla adelante5.

Por otro lado, el acceso es complicado, porque para presentarse en la categoría musical, ya es necesario todo un proceso previo que necesariamente requiere de una inversión muy grande de dinero. Por lo tanto, se achica el espectro para poder acceder. Y la elección por concurso significa aceptar algunos trabajos y rechazar otros. Si el objetivo es la construcción y preservación de la historia local, esta se encuentra atravesada por la elección de miembros de un jurado.6 En cierto punto, de esta manera se busca marcar una agenda cultural, algo con lo que no está de acuerdo el músico y productor Marcelo “El Zorzi” Zorzolo, quien charlo con intendenta Mónica Fein a principios del 2015. “Yo le plantee que de los 50 años de rock, los últimos 25 fueron bajo la égida socialista, y que no estaba de acuerdo que ustedes crean que marcan la agenda cultural, yo creo que el rol del Estado es de acompañar, potenciar y optimizar lo que está sucediendo”, contó el cantante rosarino.

Muchas veces las políticas culturales ven a los destinatarios de los eventos culturales como asistentes, es decir persona “que concurre y está presente” (según el diccionario de la Real Academia Española); y no consumidores.  Al adoptar esta definición, se reflejan la fagocitación de un mero estar, en relación al otro (gobierno), solo por habitar un territorio, sin tensión del ser, que arraiga un estar siendo en el mundo. La palabra destinatario se relaciona con la palabra destino, y un anagrama de destino, es sentido, y el sentido de las políticas culturales convoca a un asistente, en un espacio y tiempo, en el marco del dominio del gusto hegemónico (Yudice, G. y Miller T.).7

Hay mucha política en el medio, o sea un grupo de gordos decide quien toca o no en los festivales, y siempre gana el mismo estilo o perfil de banda,  todo son jugadas políticas”, dijo Jorge. Estas personas que ocupan cargos políticos, están criticando o avalando algo de lo cual no conocen, y hacen que eso se desvirtué, agregó el trabajador del CEC. Por otro lado, Gabriel Cejas, uno de los fundadores del colectivo cultural El Avispero, habló sobre Espacio 75, el cual en las otras provincias es manejado por gestores independientes. Sin embargo, aquí en la ciudad, lo administra la misma persona que maneja el Galpón 11 y de la Música, en otras palabras “se encarga la Muni”.

En la primera mitad del 2014 se presentó un proyecto para licitar la reconversión de tres galpones, ubicados entre el parque España y el Monumento, para hacer diferentes bares temáticos. Las estructuras que conforman la “Ciudad Joven”,  iban a tener una inversión de más de 7 millones de pesos, y se iba a hacer entre otras ideas, un restobar temático relacionado a la cultura. A su vez, tendría un escenario y capacidad para 500 personas. Pero mientras se esperaba la respuesta del Consejo para comenzar, algunos bares del centro de la ciudad sufrían clausuras. Estas generaron un gran revuelo en todo lo relacionado a la vida cultural nocturna de Rosario.

La lucha de los bares culturales

En la actualidad, la cantidad de bandas que hay en la ciudad es impresionante, pero lamentablemente no tienen lugares para ejercer su arte. Giordano de la EMR, dijo que esto puede ser por la sobre oferta que hay en relación a los lugares habilitados para la música en vivo, y la cantidad de público que consume. En este último tiempo, apareció una nueva figura: el bar cultural. Estos lugares, por lo general ofrecen más que comida y tragos, muchos tienen diferentes actividades durante el día, desde talleres hasta ciclos de una temática específica. Lo que sucedes, es que la ley que rige en la ciudad no los contempla.

A mediados del año 2014, hubo una seguidilla de clausuras y multas hacia estos lugares, y los distintos dueños se unieron para reclamar un reconocimiento legal. Con respecto al tema, la Subsecretaría de Cultura se expresó: “Lo que nosotros hicimos fue lograr que pudieran mantenerse abiertos cuando no había una ordenanza que los regulara”. Del otro lado, Eloy Quintana, uno de los dueños de El Diablito, bar afectado, contó que el problema aparecía cuando iban los inspectores, quienes no pertenecían al área de cultura, no estaban al tanto de la situación. 

Con respecto a los controles, hubo determinados eventos que llevaron a que las autoridades estén más alertas a la hora de los controles. En el  caso de la música, Cromañón fue un antes y después en la historia de Argentina; y en relación a la ciudad, la tragedia de Calle Salta y del Parque Independencia, generó una alarma en el Estado. A partir de allí se creó la Secretaria de Control y Convivencia Ciudadana, con Pablo Seghezzo a la cabeza. “Fue como el presidente de Rosario por un momento, el tipo dice que él tenía que hacer cumplir la ley, y de cultura no sabía”, dijo Cejas de El Avispero. 

Durante esas semanas, algunos locales y los propios vecinos denunciaron que hubo “discriminación” a la hora de las inspecciones. En una nota para el diario El Eslabón8, la concejala radical, María Eugenia Schmuck, declaró: “Hay una historia reciente que tiene que ver con algunos bares y boliches que nunca eran inspeccionados y otros que sufren una gran cantidad de inspecciones semanales”. En números, durante el primer año de gestión de la Secretaría de Control y Convivencia, se realizaron un 60 por ciento más de inspecciones durante la noche, y se clausuraron 70 locales, el doble que el año anterior. “Han hecho hincapié en molestar a los bares chiquitos, en los que generan algo que ellos no entienden, porque no pueden generar nada si no es con mucha plata”, declaró Quintana. 

Tenés funcionarios que no comprenden que si vos clausuras El Diablito o Bon Scott durante tres semanas, los liquidas a los tipos; vos no podes tener la fuente laboral de diez familias cerradas un mes”, dijo Giordano. Por su parte, Quintana expresó su mirada diciendo: “Estando tanto tiempo en la ciudad (el partido socialista), se piensan que es de ellos, quieren acaparar todo, y lo que no quieren poner un palo en la rueda; porque ellos entienden que la política es administrar, y no, otorgar las herramientas para que la gente genere sus cosas”. Desde la Secretaría de Cultura, en relación al acceso a la habilitación como bar cultural, advirtieron: “La condición es que ellos puedan ir presentando mensualmente cuales van a ser las actividades que van a desarrollar, nosotros les ofrecemos la publicación en la agenda cultural. Es como darle un aval, no para controlar que van o no a hacer, sino para darle un aval ante las otras secretarías de que son actividades culturales las que se están realizando”.

Rosario es un gran productor cultural, pero surgen diferentes preguntas, entre las que se pueden destacar: Las obras artísticas que preservan la cultura local, ¿pueden ser elegidas por concursos de las instituciones municipales?; los objetivos teóricos de la política cultural, ¿se refleja en los hechos? ¿Es necesario que una habilitación municipal de bares culturales se haga mediante métodos publicitarios (publicando en la página oficial de la municipalidad)? O si por el contrario, ¿no es posible realizarlo a través de métodos internos de articulación entre las Secretarías correspondientes? Estos y muchos otros interrogantes, son el objeto de futuras investigaciones. Por el momento, Rosario es una ciudad cultural donde, paradójicamente, no existe una industria cultural.


  1. “Políticas culturales y patrimonio en la ciudad de Rosario, Argentina” (Cardini, Laura Ana) ↩︎

  2. “Políticas culturales y patrimonio en la ciudad de Rosario, Argentina” (Cardini, Laura Ana) ↩︎

  3. “Políticas culturales públicas. Culturas locales y diversidad cultural desde un enfoque geocultural” (Tasat, José) ↩︎
  4. Nombre ficticio para esta versión de la nota ↩︎

  5. “Políticas culturales en la ciudad de Rosario: la Editorial Municipal de Rosario (2009 – 2013)”, Tesis Padinger, German ↩︎

  6. “Políticas culturales en la ciudad de Rosario: la Editorial Municipal de Rosario (2009 – 2013)”, Tesis Padinger, German ↩︎

  7. “Políticas culturales públicas. Culturas locales y diversidad cultural desde un enfoque geocultural” (Tasat, José) ↩︎

  8. Sábado 14 de junio de 2014, año XV n° 147 ↩︎