A ver un rico perfume puede generar cierta excitación y deseo al momento de percibirlo😊 (en mi puta vida use perfumes ja). Es verdad que los olores son muy sexy, a ver que en el sexo hay olores, distintos pero hay, y a todxs seguramente nos gusta porque para mi es parte de eso.
Ahora no solo los olores agradables nos pueden generar excitación, y ahí hablamos de la eproctofilia, que es un tipo de parafilia, que consiste en la excitación y disfrute sexual al oler flatulencias… Pedos. Ya sean pedos propios, de la pareja e incluso de otras personas, pudiendo llegar al orgasmo tras aspirarlo.
Quienes les excitan los pedos, puede ser que los caliente que les tiren pedos en la cara o encima, o cuando los pedos van dirigidos a su pareja🗣
La excitación sexual puede venir de distintas situaciones para lxs miembrxs de la comunidad de eproctofílicos. Pero varios testimonios coincidían en algo: la intimidad. 👉Según la terapeuta sexual y de relaciones Sarah Berry, “los pedos generalmente se consideran divertidos, groserías y vergonzosos. Cualquier experiencia que exacerbe estar reacciones podría dar oportunidad a los pedos como una preferencia sexual”
Me parece interesante esto que dice Fabio y Jason (miembros de la comunidad eproctofílica), que dicen que compartir un pedo podría subvertir las expectativas de la sociedad. Además si alguien puede tirarse un pedo en tu cara o recibirlo, sin sentir vergüenza, lo toman como un signo de que “esa persona me quiere y me permite conocerlo profundamente, de una manera que nadie lo hace”.
James Joyce, el autor de obras como ‘Ulises’ o ‘Retrato del artista adolecente’, era eproctofílico, y así le escribía a su amada del tema:
“8 de Diciembre 1909:
Mi querida puta Nora,
Hice como me dijiste, pequeña sucia niña, y me la jalé dos veces cuando leí tu carta. Estoy encantado de escuchar que sí te gusta que te cojan por el culo. Sí, ahora puedo recordar esa noche cuando te cogí durante muchísimo tiempo por detrás. Fue la cogida más sucia que jamás te he dado, querida. Mi pito estuvo atorado dentro de ti por horas, dentro y fuera de tu cola parada. Sentí tus gordas, sudorosas nalgas bajo mi panza y vi tu cara sonrojada y ojos locos. Con cada cogida que te di, tu lengua desvergonzada salía explotando de tus labios y si te daba una más grande y fuerte cogida que lo usual, gordos y sucios pedos salían de tu detrás. Tenías un culo lleno de pedos esa noche, querida, y te los saqué a cogidas, grandes gordos amigos, largos y ventosos, rápidos explosivos y muchos cortos traviesos terminando en un gran suspiro de tu hoyo. Es maravilloso cogerse a una mujer pedorra cuando cada cogida le saca uno. Creo que podría reconocer un pedo de Nora en cualquier lugar. Creo que podría escogerlo de todo un salón lleno de mujeres pedorreándose. Es un sonido algo femenino y no como el mojado ventoso pedo que imagino que tienen las esposas gordas. Es repentino y seco y sucio como lo que una niña atrevida dejaría salir en un dormitorio escolar en la noche. Espero que Nora también no se restrinja con sus pedos en mi cara para que pueda reconocer su olor, también. (…)
En algún momento yo también te sorprenderé cuando duermes, levantaré tus faldas y abriré tus calientes compuertas gentilmente, entonces me acostaré gentilmente y empezar a lamer flojamente alrededor de tus pelos. Empezarás a moverte asustada y entonces lameré los labios del coño de mi querida. Tu comenzarás a gemir y suspirar y pedorrearte con lujuria en tus sueños. Entonces lameré más rápido y más rápido como un perro rabioso hasta que tu coño sea una masa de fluidos y tu cuerpo se mueva violentamente.
Buenas noches, mi dulce pedorra Nota, ¡mi pequeña cogelona! Ahí hay una palabra hermosa, querida, la has subrayado para que me la jale mejor. Escríbeme más sobre eso y sobre ti, dulcemente, más sucio, más sucio.
JIM”.
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